Ha llegado el momento de una nueva historia de la Guerra Civil española que aproveche los numerosos documentos inéditos que están apareciendo y las últimas investigaciones; una obra que no sea complaciente ni con los vencedores ni con los vencidos; una obra que descubra la verdad sobre los campos de refugiados en Francia; una revisión de la guerra en la que los dos bandos sean culpables: El infierno fuimos nosotros. Con esta obra, el prestigioso historiador francés Bartolomé Bennassar llena un importante vacío que había en las anteriores obras sobre la Guerra de España.
Tras más de veinte años de amnesia voluntaria y casi total, la Guerra Civil y sus secuelas solicitan hoy la memoria de sus últimos testigos y la investigación de los historiadores, que ya pueden acceder a fondos documentales prohibidos o protegidos hasta hace poco. La producción historiográfica española ha aumentado, pero sigue estando marcada por la simplificación reductora de «rojos contra fascistas» y por el sello de la pasión, aunque ésta se disimule con un alud de referencias y se presente revestida del máximo rigor científico.
Desde hace casi sesenta años, los crímenes y los delirios colectivos de «rojos» y «fascistas» han sido denunciados, contados, legitimados o condenados, y a veces ocultados, de tal manera que todavía hoy se producen revelaciones de masacres durante mucho tiempo silenciadas. El encarnizamiento de los combates puede explicar los episodios más sangrientos, pero no puede invocarse para dar cuenta de las ejecuciones que tuvieron lugar varios meses o incluso años después del desfile de la victoria. Como tampoco es razón para minimizar las responsabilidades de los republicanos y en especial, de la extrema izquierda en el desencadenamiento de la tragedia. A la historia no debe importarle lo «políticamente correcto» y ahora ha llegado el momento de que se abran de par en par las puertas de la memoria. Su análisis pondrá punto final a muchas frustraciones. También conllevará sorpresas.