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Nick Joaquin es conocido por su habilidad para crear ficciones con un estilo muy personal, influido por sus tres culturas (tagala, española y angloamericana) y por su profundo conocimiento de la sociedad e historia filipinas. El propio autor utilizó la expresión âeurosúgótico tropicalâeuros para describir su estilo, dada la fusión de elementos góticos (como el interés por el misterio, la muerte y lo fantástico) con el entorno tropical, el folclore y la cultura de Filipinas. La expresión resulta de utilidad para aproximarse a los cuentos y leyendas recogidos en la presente antología: âeurosúLa misa de San Silvestreâeuros, âeurosúSolsticio de veranoâeuros, âeurosúLa leyenda del calavera agonizanteâeuros, âeurosúFiestas de mayoâeuros, âeurosúLa leyenda de la joya de la Virgenâeuros, âeurosúDoña Jerónimaâeuros, âeurosúEl progreso del peregrino yanquiâeuros y âeurosúLa mujer con dos ombligosâeuros. Más allá de su extraordinario mérito estético, estos textos reivindican el cruce de culturas y temporalidades de Manila y expanden las fronteras del mundo hispánico. La presente traducción, a cargo de Luis Castellví Laukamp (profesor de literatura española en la Universidad de Mánchester), con una introducción de Paula C. Park (profesora de literatura filipina e hispanoamericana en la Universidad Wesleyan), rinde homenaje al gran autor filipino, inédito en España hasta ahora. NICK JOAQUIN (1917-2004) fue uno de los escritores filipinos más importantes del siglo XX. De joven quiso ser sacerdote y estudió en el seminario dominico de Hong Kong. Aunque la experiencia dejó huella en su obra, la figura de Joaquin es inseparable de Manila, donde transcurrió la mayor parte de su vida. En casa hablaba español y tagalo, pero escribió todos sus libros en inglés. Su Retrato del artista filipino (1950) es la obra de teatro más célebre del archipiélago. Se trata del canto del cisne de un grupo social (la élite hispanohablante de Intramuros, el centro colonial de Manila) que desapareció en la Segunda Guerra Mundial. Su novela La mujer con dos ombligos (1961), otro pilar de la literatura filipina, examina el doble cordón umbilical de una nación bifronte, colonizada primero por España y después por Estados Unidos. A Joaquin no le bastó con retratar los estertores del castellano en Filipinas, sino que se interesó también por el origen hispánico de las islas. De ahí que ambientara varios relatos en el siglo XVII. Estas prosas breves se encuentran entre sus textos más recordados. Joaquin recibió numerosos premios y está enterrado en el cementerio nacional de los héroes de Filipinas.


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