Mi intención no es cambiar el mundo, es que me dejes construir una pequeña parte del tuyo cuando entres por las puertas de mi vida. Yo te regalo el lápiz y una hoja en blanco para que hagas lo mismo con el mío.
Lo que creemos juntos no durará siempre, todo se acaba, pero seguirá en el recuerdo eternamente.
Te espero apoyado en el horizonte, acomódate, tenemos una larga charla por delante.