Los materiales de que están hechos estos collages nos hablan en la mayoría de los casos de los años diez y veinte del pasado siglo, es decir, de la nostalgia que siente J. L. J. por las viejas vanguardias, y especialmente por su vertiente germánica. En esa vertiente, además de Max Ernst, Schlemmer, Moholy Nagy y Klee, nos encontramos con otros clási­cos del collage: Hannah Hóch -sublime en lo grotesco-, Raoul Hausmann y sobre todo Kurt Schwitters, el inventor del concepto MERZ [...]
[...] En otros casos, los materiales que utiza J. L. J. nos conducen al otro lado del Atlántico, y a una época, los años cincuenta-sesenta, canónicamente pop, pero que a algunos inevitablemente nos trae a la memoria la poética del inolvidable Diego Lara, la persona que más he visto disfrutar con un viejo número de Life, y en general con cierto tipo de ünpresos USA de la época [...]
[...] Con estos y otros materiales, el poeta J. L. J., armado con tijeras y pegamento -como Ramón con el sindetikón, construyendo sus proliferantes y sucesivos es tamparios-, recompone el mundo: un galán de noche, un motorista quieto, una luna pianista laforguiana, La Taberna de la calle del Colmillo, un Fernando Pessoa ber­linés, unos pies Para qué os quiero [...]
JUAN MANUEL BONET