Tras treinta años de silencio absoluto, Erneste recibe una carta de su idolatrado Jakob. Erneste, un hombre ya maduro, tardará tres días
en abrirla. Aunque continúa siendo un empleado de hotel, ya no es el joven camarero, sino un camarero perfecto. Durante estas últimas décadas su vida ha discurrido por las rutinas del orden y la previsión haciendo de la perfección un arte. Como si de un monje zen se tratara, limita su mundo a una escrupulosa conducta, orientada a ofrecer un servicio perfecto, en un marco perfecto, con una forma de vida perfecta, con el fin de recrear sus vivencias para que no se desvanezcan nunca. Vive de sus recuerdos, ya que es lo único que le pertenece.
Jakob, en su inesperada carta, le pide que contacte con Julius Klinger, un antiguo cliente del hotel y la persona que los distanció, ahora convertido en un aclamado escritor con reminiscencias de Thomas Mann. El extraño favor desencadenará un sin fin de emociones y tensiones, envueltas por los recuerdos del pasado y por un futuro incierto. Moviéndose magistralmente entre dos espacios temporales, Alain Claude Sulzer ha creado una pequeña joya con un lenguaje elegante y ágil, puesto al servicio de un relato lleno de sentimientos y tensiones, ambientado en el microcosmos de un hotel suizo.