Érase una Voz

Una multitud infnita de seres pueblan las páginas de este libro. Gemelas voladoras, niños diminutos que duermen en tazas de porcelana, jirafas acróbatas, chicos con alas de mariposay patinadoras que embelesan a los pájaros. Todo cabe en este mundo colorido y extraño. En él nos adentramos de la mano de elegantes siluetas, a través de campos y parques de colores vivos. Érase una voz es una puerta abierta a la imaginzación y la fantasía, un salto de alegría desmesurada. Con cada hoja, un nuevo asombro. Así es el mundo propio que crean aquí Dinah Salama y María Luisa García Ochoa.