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En el año 1939 mi abuelo estuvo preso en la cárcel de Montjuïc. Mi abuela se mudó a Barcelona para estar cerca de él. Durante ocho meses se comunicaron con unas notitas que entraban y salían de la cárcel escondidas entre la ropa o en la comida. La primera vez que las leí no pude dormir en toda la noche y a la mañana siguiente le dejé una nota a mi padre en el banco de la cocina. Todas las notitas estaban dentro de un sobre en el que pone «Miniatura».

Lucía Boned Guillot (Valencia, 1981) estudió Historia del Arte en la Universidad de Valencia. Desde 2004 reside en Barcelona, donde actualmente trabaja como librera y editora.


Ficha técnica