Largo nacer no es una acumulación de poemas. Plantea más bien la posibilidad de un recorrido. Una construcción de sentido que se entrelaza y prosigue con la ya iniciada por los dos libros anteriores, Vacío (2017) y La soledad del corredor de fondo (2018), ambos publicados en Huerga & Fierro Editores. La poesía, la letra impresa, da cuenta de un andar, de un camino, si se quiere interno o anímico, en este caso inseparable de la vida. Da cuenta de sus vaivenes, avances y retrocesos, emergiendo del poso de la experiencia en cada estancia y volviendo a ella para alimentarla. Es un discurso musical. Discurre y articula.