¿Acaso no puede una caricatura decir una verdad mucho más profunda que un falso realismo? En este magnífico ensayo se revela cómo a mediados del siglo XX se produjo la fusión de lo popular y lo moderno, de la risa y la crítica, de lo intemporal y lo vanguardista: de todo lo que nos une al circo, a Goya, a las fiestas populares, a la comedia del arte, a la plaza del pueblo. En este libro aprenderemos cómo lo grotesco nos ha enseñado que la caricatura es la mirada más certera a la hora de protestar por algo, porque sabe colarse por las rendijas de la corrección política. Pero además, es una mirada popular: no le hace falta volverse una crítica elevada y encerrada en su torre de marfil para gritar bien fuerte y pisar bien firme la "strada".