Un crudo retrato de una generación perdida que desde muy temprano ha experimentado con el sexo, las drogas y la falta de afecto en un mundo marcado por el nihilismo, la pasividad y el dinero como sustituto de las emociones y la esperanza. Menos que cero narra cómo las vacaciones de Clay se convierten en una vertiginosa espiral de desesperación que lo arrastra a incesantes fiestas en mansiones ostentosas, bares de mala muerte y clubs de rock underground, dejando al descubierto el sórdido mundo de la noche de Los Ángeles.