A veces, en la vida, lo que parece ser un inesperado imprevisto puede convertirse en el atajo a la felicidad. Esto es lo que le sucede a John, el protagonista de este libro, un hombre que siempre tiene prisa pero que un día, debido al tráfico, se ve obligado a reducir la velocidad y tomar un camino secundario, real y metafórico, ajeno a lo que está a punto de encontrar: una cafetería misteriosa en medio de la nada que va a cambiarlo para siempre. Sí, porque el café del fin del mundo está dentro de nosotros, es el lugar donde todas nuestras preguntas encuentran respuesta, en el que nuestros deseos se muestran nítidos y accesibles, y donde finalmente encontramos la valentía para cambiar.