LiterariaMENTE | MANUEL VILAS y MERCEDES NAVÍO. Depresión y afectos

Ciclo:
LiterariaMENTE | MANUEL VILAS y MERCEDES NAVÍO. Depresión y afectos


LiterariaMENTE es un ciclo en el que hablaremos de literatura y salud mental con escritores y especialistas clínicos. Para este primer encuentro contaremos con la presencia de MANUEL VILAS y MERCEDES NAVÍO que, a partir de la obra de Vilas, conversarán sobre depresión y afectos.

Lo hemos organizado conjuntamente con la Fundación Manantial y el Hospital Ramón y Cajal.
Con la colaboración de Cultura en Vena y el patrocinio de Lundbeck.
Estamos muy ilusionados con este proyecto, que esperamos que aporte luz, claridad, visibilidad, respeto, herramientas y empatía.




LiterariaMENTE es un ciclo que tiene como objetivo aumentar la sensibilización social sobre la salud mental, mejorar el conocimiento científico, derribar muros relacionados con los prejuicios y el estigma, reflexionar sobre aspectos culturales y sociales implicados y generar un testimonio de esperanza y generar nuevos significados. Para ello contaremos con autoras y autores con una sensibilidad especial hacia este campo, que conversarán con especialistas clínicos.

CALENDARIO DE ENCUENTROS:

29 de marzo. Depresión y afectos. MANUEL VILAS y MERCEDES NAVÍO - 18:30
17 de abril. Filosofía del saber vivir y prevención en salud mental. JORGE FREIREGUILLERMO LAHERA y PATRICIA FERNÁNDEZ MARTÍN - 19:00
29 de mayo. Ansiedad y cuerpo. MARTA SANZ y VERÓNICA OLMO - 19:00
19 de septiembre. Estigma y salud mental. ROSA MONTERO y MARINA CARRETERO 19:00
23 de octubre. Realidad, ficción y delirios. JUAN JOSÉ MILLÁSDAVID FRAGUAS y RAÚL GÓMEZ  - 19:00
16 de noviembre. Salud mental, jóvenes y prevención. NANDO LÓPEZ y CARMEN MORENO - 19:00
23 de enero 2024. Relaciones familiares, pareja, amor, vínculos. LAURA FERRERO y LOLA LÓPEZ MONDÉJAR - 19:00


 


 


CRÓNICA DEL ENCUENTRO

La Fundación Manantial, la librería Rafael Alberti de Madrid y el Hospital Universitario Ramón y Cajal están organizando, con la colaboración de la Fundación Cultura en Vena y el patrocinio de Lundbeck, el programa LiterariaMENTE. Se trata de un ciclo que profundiza en los problemas de salud mental a través de la literatura. Los profesionales de la salud mental invitados aportan su visión científica como especialistas, mientras los literatos aportan su visión narrativa. Hasta ahora, se han llevado a cabo tres encuentros que han servido de oportunidad para abrir nuevas vías de diálogo y acercarse a los trastornos mentales desde un planteamiento más ecléctico.


El primero encuentro sobre la “depresión y los afectos” ha estado protagonizado por Manuel Vilas, ganador del Premio Nadal 2023, y Mercedes Navío, coordinadora regional de Salud Mental y Adicciones de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Mercedes trató de hacer una traducción simultánea y convertir las palabras de Vilas en conceptos que nos acercaran a un mejor entendimiento de la depresión. La
depresión está conceptualizada clínicamente como una enfermedad y así podemos aproximarnos a ella desde un punto de vista científico.
“Quien la sufre, sabe del impacto en el desempeño en la vida en todos sus ámbitos”, dijo Mercedes. Como bien explicó, los fármacos tienen un potencial terapéutico evidente y los avances en el campo de la neurociencia han permitido mejorar la calidad de vida de muchas personas. Pero los dos estuvieron de acuerdo en aclarar que no hay dos personas que se depriman igual y que hay estrategias complementarias que se pueden utilizar para mejorar el malestar, como el poder salvífico de la literatura.

La obra de Manuel y su literatura pueden entenderse como la sublimación o elaboración maravillosa que permiten a los letraheridos crear arte, dijo Mercedes. Más allá del lenguaje estrictamente clínico, que es muy necesario, los libros de Manuel son la expresión del sufrimiento psíquico pero también de la búsqueda de sentido. Fue significativo que Mercedes dijera que muchos de los que sanan también están heridos, lo que puede explicar el por qué alguien elige dedicarse al campo de la salud mental.
Vilas matizó los aspectos más singulares en la vivencia de su depresión, sobre todo, los que le hacían sentirse incapaz e impotente y olvidar su propósito en la vida. Reconoció que el sufrimiento psíquico no tiene
una fácil exploración verbal. “Tú puedes narrar una pierna rota, una alergia, pero es difícil narrar el sufrimiento psicológico”, dijo. Lo que sí le resulta más fácil es hablar de las consecuencias de dicho sufrimiento. Mercedes dijo que el sufrimiento es la ausencia de palabra. Según ella, la experiencia traumática imposibilita poner nombre a la impotencia, al dolor existencial o a la ausencia de sentido. En el trauma, se
rompen todos los puentes.

La esperanza según Mercedes está en esa transición de víctima a adueñarse de la experiencia. Cuando estás en el lugar de la experiencia traumática, estás en momento preverbal. Cuando estás en posibilidad de poner en palabras este sufrimiento, estás en otro lugar diferente. Manuel estuvo de acuerdo que la mejor actitud ante la depresión es ir poniendo nombre a los sufrimientos de la vida porque si no, te llevan por delante.

Mercedes resaltó la importancia de encontrar esas palabras. “Cuando las personas están viviendo un momento malo y le das las palabras bien recetadas, le puedes ayudar a ver una dimensión
de la vida buena”, dijo. Insistió en la importancia de hablar de la verdad y de la honestidad como las claves del proceso terapéutico. Eso es lo que convierte a una novela en algo honesto. Manuel estaba de acuerdo en
la importancia de verbalizarlo todo y de que en el encuentro entre paciente y profesional no haya hipocresía.

Manuel habló de otro aspecto que tiene poderes curativos como es la parte de comedia que hay en toda angustia: “En cualquier drama, aparece la comedia. En los momentos más horribles,
siempre aparece una puerta o una risa que nos puede ayudar. La alegría viene después del dolor”. Explicó que al final de sus novelas, había una resolución del conflicto. A él también le ha ayudado la
experiencia de los años. Comentó que cuando echaba la vista atrás, se da cuenta de que la vida es una especie de superación constante y ve con perspectiva cuestiones que antes le generaban sufrimiento.
Mercedes señalaba en este punto que en el momento en el que el humor está inmerso en una narrativa, estamos transitando de narrativas saturadas de sufrimiento hacia otras más flexibles. Esto nos coloca en
un lugar diferente ya que resignificamos de manera diferente el sufrimiento.

Mercedes y Manuel reivindicaron a la literatura como acto de prevención contra el sufrimiento.
La literatura es una terapia constante. Cuando estamos leyendo, estamos vinculados a un estado de conciencia con otro. Los vínculos que podemos encontrar cuando leemos a otro ser humano son esenciales porque nos ayuda a comprendernos de otra manera. Al leer, se produce un cambio del estado de conciencia. Todo esto nos hace sentirnos menos solos y conectados con otro ser humano que nos está reconociendo mientras nos reconocemos a nosotros mismos, dijo Mercedes.


Vilas definió la soledad como el sitio en el que se camina al sufrimiento. Según él, la compañía de alguien a tu lado hace que te sientas menos mal. El sufrimiento se da, según él, cuando hay una marginación social o dificultades para acceder a la socialización porque uno está expuesto a ser excluido. Sobre la soledad no deseada que es un factor de riesgo para la depresión, Mercedes dijo que no hay peor sufrimiento que aquel que se experimenta sin testigos, sobre todo en personas vulnerables.
Recalcó la importancia de tener testigos empáticos que puedan dar una interpretación a quien no tiene esas herramientas. Esa es la verdadera fuente de verdad y consuelo.
También se habló del estigma. Cierto que estamos en un momento donde se habla bastante en el espacio público de salud mental tras momentos de oscuridad total. La gente antes tenía miedo. “Se ha salido
del armario, pero todavía está entornada la puerta”, dijo Manuel. Mercedes incidió en diferenciar enfermedad mental de la enfermedad moral y aseguró que le daban más miedo los cuerdos que los locos.
Vilas dijo que no tenemos todavía las palabras exactas para hablar de estas enfermedades.

Hay un desacierto general con la palabra loco, palabra humillante y despectiva. Según él, no hemos alcanzado a conseguir palabras menos ofensivas. Insistió en que se no se menosprecie las cualidades de una persona con tendencia a la depresión, como son la enorme sensibilidad, inteligencia o empatía. También comentó que cualquier persona que no haya experimentado angustia, sufrimiento, dolor podría parecer un un psicópata. Para él, dichos sentimientos forman parte de la vida y nadie debe ser estigmatizado por ello. Mercedes dijo que no podemos reducir lo que es una persona con depresión a una categoría ya que el diagnóstico no una categorización concreta, sino que se tiene que poner al servicio de la persona.

Manuel terminó con un testimonio de esperanza de que se puede salir de la depresión. Llega un momento que pierdes el miedo. Comentó que se puede salir triunfante al haber conocido otra visión de la
vida. Las angustias, dijo, hay que verlas porque son reales. Hay que mirarlas a los ojos e ir nombrándolas para luego decir que la vida es maravillosa, que vivir es un misterio enorme y que hay que ganar la partida.