Entre dos fechas -1924, la de su nacimiento, y 1969, la del suicidio- y dos ciudades Baltimore, la natal, y Roma, la fúnebre- se sitúa la vida del improbable y necesario Calvert Casey. improbable nombre anglosajón para un escritor que, por su sensibilidad, su humor y su lengua, fue profundamente cubano. reclutado por pasajeros motivos editoriales en las filas del heteróclito boom latinoamericano, con los años es posible percibir mejor la hondura y vigencia de la escritura de Casey. los ensayos de memorias de una isla (1964) publicados aquí por vez primera en España-, Los relatos de el regreso (1967), la novela notas de un simulador (1969) configuran una obra necesaria, y aun indispensable, en las letras hispánicas contemporáneas. El conjunto de textos que se incluye en este volumen permite redescubrirla y dejarse seducir una vez más por un universo en el que la asechanza de al muerte, los simulacros del amor y la abolición del tiempo se declinan con acentos dignos del mejor Kafka. un Kafka tropical, es decir, a la vez más entrañable y desgarrador. La aportación de Calvert Casey a la moderna narrativa castellana me parece muy considerable, y sobre todo, única. Vicente Molina Foix (un) escritor para quien la literatura era una sutil exploración del límite entre la vida y la muerte.