Entre 1885 y 1887, Benito Pérez Galdós publica los cuatro tomos de la que será su novela más extensa: Fortunata y Jacinta. La acción política, correspondiente a la caída de la República y la Restauración borbónica, transcurre de manera paralela a las vidas de los personajes. La historia de Fortunata puede leerse en clave política: ella representa al pueblo seducido y engañado. La Restauración representa la lucha entre lo decente y el impulso irracional frente a los movimientos revolucionarios, pero la obra es mucho más que una alegoría política. Los personajes son vistos desde dentro y ellos mismos explican las causas de sus comportamientos a través de los diálogos, que cobran especial importancia. Galdós construye un cuadro de personajes principales y secundarios enmarcado en los cambios de costumbres y la topografía madrileña, ya que es el cambio el que da muerte a un orden de cosas para generar otro orden nuevo.