Estos cuentos son un grito de com­promiso, desesperación y esperanza al mismo tiempo, en el que se deja una puerta abierta al futuro, a la ilusión, al deseo de un mañana mejor,... Carecen de elementos fantásticos, lo más irreal es la proyección de los deseos aún no realizados pendientes de la consecución en un futuro que se vislumbra próximo.
Sus autores no son genios de la literatura, no son escritores profesionales, son como cualquiera de nosotros, aficio nados a que nos cuenten y a contar historias. Por eso el estilo de las narraciones, a veces, nos puede resultar ingenuo y simplista, pero esconden vivencias y sentimientos que en el siglo XXI parecen haber desaparecido de nuestras preocupaciones cotidianas, como la falta de libertad o la sensación de vivir oprimidos.
Estos cuentos representan una puerta diferente para penetrar en los corazones de mujeres y hombres que vivieron, lucharon y sufrieron en la guerra civil.